miércoles, 6 de julio de 2011

Rafael Alvarez. El Brujo




Nace En Lucena (Córdoba) Pasa gran parte de su infancia en Torredonjimeno (Jaén) Se traslada a Madrid para estudiar Derecho y es en los Colegios Mayores donde toma contacto por primera vez con el mundo del teatro. Es titulado por la Real Escuela Superior de Arte Dramático. Su actividad con el teatro se inicia en el Corral de Comedias del Colegio Mayor Universitario San Juan Evangelista en el año 1970; con el montaje El juego de los insectos, de los hermanos Kappeck; dirigido por José Luis Alonso de Santos. A partir de este momento colabora habitualmente en montajes teatrales de diversas compañías como Tábano, TEI, (Teatro Experimental independiente) y Teatro Libre de Madrid.

En 1988 funda junto con José Luis Alonso de Santos, Gerardo Malla y Jesús Cimarro, la productora de teatro, Pentación, S.A. y en 1995 funda, junto a Mª José Norte, su propia productora, Producciones El Brujo, S.L. dedicada a la distribución y la producción de teatro y audiovisuales.

Desde su primera colaboración en 1969 en el montaje La escuela de los bufones, de Michel de Ghelderode, ha participado en numerosos montajes como El juego de los insectos, de los Hermanos Kappeck y El horroroso crimen de Peñaranda del Campo, de Pío Baroja, ambos dirigidos por José Luis Alonso de Santos. Ha protagonizado La taberna fantástica, de Alfonso Sastre, dirigido por Gerardo Malla; Pares y Nines, de José Luis Alonso de Santos; Lazarillo de Tormes, en versión de Fernando Fernán Gómez; El pícaro: aventuras y desventuras de Lucas Maraña, de Fernando Fernán Gómez; La sombra del Tenorio, de José Luis Alonso de Santos; La dulce Casina, de Plauto, en versión y dirección de Alonso de Santos; Anfitrión, dirigido por José Luis Alonso de Santos; El avaro, de Moliere, coproducción con Fila 7, dirigido por José Carlos Plaza; El contrabajo, de Patrick Süskind, que dirigió él mismo junto a José Pascual; Arcipreste, basado en El Corbacho, de Alfonso Martínez de Toledo, con versión libre de Alberto Miralles y adaptado y dirigido por Rafael Álvarez; San Francisco, juglar de Dios, de Dario Fo y Una noche con El Brujo, dirigidos por el propio Rafael Álvarez.

Desde el año 1986 compagina su actividad teatral con el cine y con la televisión, participando en películas como El Crack, de José Luis Garci; La taberna fantástica, Don Juan mi querido fantasma, de Antonio Mercero; La leyenda de la doncella, de Juan Pinzas; Alma gitana, de Chus Gutiérrez; Amores que matan, de Juan Manuel Chumilla; La duquesa roja, de Paco Betriu; Niño nadie, de José Luis Borau; Pajarico, de Carlos Saura; y recientemente la adaptación de Fernando Fernán Gómez para el cine, Lázaro de Tormes, película galardonada con dos Goyas de la Academia de Cine español.

En televisión destacamos Vísperas, de Manuel Andújar, Juncal, de Jaime de Armiñán; Brigada Central, de Pedro Masó y Maquinavaja.

Ha llevado sus espectáculos por los festivales más importantes de España y los más reconocidos de países como Bélgica, Francia, Portugal, Italia, México, Venezuela...

Como reconocimiento a su carrera, Rafael Álvarez ha recibido numerosos premios, entre los que destacan el Premio Ícaro, concedido por Diario 16, el Premio De Antena 3 a la mejor interpretación teatral (1985), por su trabajo en Lazarillo de Tormes; Premio El Espectador y La Crítica 1986, por La Taberna Fantástica, Premio Asociación de Espectadores Ciudad de Alicante en 1986 y 1994, por Lazarillo de Tormes; Premio Ercilla de Bilbao 1996 a la Mejor Interpretación por La sombra del Tenorio; Premio Meliá Parque al Mejor Actor por Anfitrión; Premio Cadena COPE, Ilustres de Baracaldo 1999 por El Contrabajo; y Premio Canal Sur al Mejor Espectáculo teatral 2000 por Arcipreste.

En diciembre de 2002 se le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, máximo galardón que concede el Ministerio de Cultura y que SS.MM. los Reyes de España entregaron en septiembre de 2003.

martes, 5 de julio de 2011

Antonio Gala



Su nombre de pila fue Antonio Ángel Custodio Sergio Alejandro María de los Dolores Reina de los Mártires de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos. Su lugar y año de nacimiento se citan de forma diferente en las fuentes bibliográficas.

Su infancia la pasó en Córdoba y allí escribió sus primeras obras, dando a los catorce años una conferencia en el Círculo de la Amistad.

Lector precoz de Rainer Maria Rilke, Garcilaso, San Juan de la Cruz y otros autores, estudió desde la temprana edad de 15 años la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla y, como alumno libre, Filosofía y Letras, Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Madrid, obteniendo licenciaturas en todas ellas.

Al acabar sus estudios universitarios, inició la preparación de oposiciones al Cuerpo de Abogados del Estado, abandonándolo en un gesto que él recuerda como de rebeldía ante las presiones de su padre, para ingresar después en los Cartujos. Pero la rígida disciplina monástica no estaba hecha para él, y, como cuenta en su autobiografía, Ahora hablaré de mí (2000), fue expulsado de la orden.

Se mudó entonces a Portugal, donde llevó una vida bohemia. En 1959 comenzó a impartir clases de Filosofía e Historia del Arte y recibió un accésit del Premio Adonáis de poesía por su obra Enemigo íntimo, empezando una exitosa carrera teatral y periodística, que le posibilitó desde 1963 vivir sólo de la escritura.

A mediados de 1962 se marchó a Italia, instalándose en Florencia, donde permaneció casi un año. En este tiempo publicó en la revista mensual Cuadernos hispanoamericanos poemas de su libro La deshora

A principios de la década de los setenta, una grave enfermedad lo llevó al borde de la muerte y durante la convalecencia empezó a utilizar su complemento más característico: el bastón, del que ha reunido ya una variada e interesante colección.

Se hicieron célebres sus artículos de prensa publicados en el suplemento dominical de El País: «Charlas con Troylo», «A los herederos», «A quien conmigo va», etcétera; todos estos artículos han sido después recopilados en libros.

Convertido ya en un personaje altamente popular de la literatura española, comenzó a escribir novelas en los años noventa, iniciándose con El manuscrito carmesí, que fue presentada, y ganó, el muy comercial Premio Planeta en 1990.

Actualmente, su colaboración en prensa se reduce a artículos de opinión breves, publicados con el nombre de troneras, en el periódico El Mundo. El ritmo de creación y publicación de otras obras suyas ha descendido recientemente, y en varias ocasiones ha dado a entender que El pedestal de las estatuas puede ser su última novela.

En su labor destaca también la faceta de mecenas: creó la Fundación Antonio Gala para Creadores Jóvenes, dedicada a apoyar y becar la labor de artistas jóvenes.

Gala es un autor de gran éxito entre los lectores en cualquiera de los géneros que cultiva: teatro, columnismo, novela o lírica. Su estilo abunda en imágenes y recursos líricos, y es muy elaborado en lo formal, pero no le faltan detractores por sus críticas a personajes de la actualidad o a personajes históricos.

Sus obras están marcadas por temas históricos, utilizados más para iluminar el presente que para ahondar en el pasado. Comenzó su dramaturgia con Los verdes campos del Edén (1963), Noviembre y un poco de hierba, Los buenos días perdidos (1972), Anillos para una dama (1973), Las cítaras colgadas de los árboles (1974), la comedia ¿Por qué corres, Ulises? (1975), Petra regalada (1980), El hotelito, Séneca o el beneficio de la duda (1987) y en 1989 da el libreto de la ópera Cristóbal Colón. Ha colaborado en series televisivas como Y al final esperanza (1967), Si las piedras hablaran (1972-1973), Paisaje con figuras (1976 y 1980). Otras obras suyas son El cementerio de los pájaros (1982), Samarkanda, Los bellos durmientes, sobre la juventud sin ideales, etc. La amplia obra teatral de Gala ha sido más apreciada por su público que por parte de la crítica, la cual encuentra dificultad a la hora de clasificarla debido al carácter lírico y épico que el autor imprime en su trabajo.

Gala ha cultivado todos los géneros literarios posibles, incluidos el periodismo, el relato, el ensayo y el guión televisivo, y ha sido galardonado con numerosos premios, no sólo en el ámbito de la poesía, sino también como resultado de su valiosa contribución al teatro y la ópera, pero también ha sido muy envidiado. En su palmarés figuran múltiples galardones; entre ellos cabe destacar un accésit al Premio Adonais' de poesía por su obra Enemigo íntimo, el Premio Nacional de Teatro Calderon de la Barca (recibido en 1963) por su comedia Los verdes campos del Edén y el premio Planeta por su primera novela, El manuscrito carmesí. Conocieron particular éxito Anillos para una dama (1973), ¿Por qué corres, Ulises? (1975), Petra regalada (1980), Samarkanda (1985), Carmen, Carmen (1988) y La truhana (1992). De su obra poética, inédita en gran parte, resaltan Sonetos de La Zubia, Poemas de amor, Testamento Andaluz, la ya citada Enemigo íntimo y El poema de Tobías desangelado (2005).

La llegada de Antonio Gala a la novela fue tardía, pero obtuvo un éxito de público arrollador con novelas como la histórica El manuscrito carmesí y La regla de tres así como La pasión turca, adaptada al cine por el conocido director español, Vicente Aranda. El Águila bicéfala es una colección de artículos sobre el amor. Destaca también en el campo del relato corto con libros como Los invitados al jardín (2002). Sus memorias, Ahora hablaré de mí, (2000), son entretenidísimas y se hallan escritas con un gran sentido del humor.

Desde la Transición Española (aproximadamente entre 1976 y principios de los años 1980) ha defendido públicamente posturas de izquierda no enmarcadas en el seno de ningún partido político, aunque sí reconocibles en el marco de un andalucismo radical, como se puede comprobar en su Prólogo al Congreso de Cultura Andaluza (1976). Se cuenta que, en esa época, a raíz de sufrir amenazas de muerte por parte de un grupo de extrema derecha, se ocultó en el edificio de un museo de Murcia.

En 1981 fue nombrado Presidente de la Asociación de Amistad Hispano-Árabe, cargo que desempeñó durante los primeros años de existencia de ésta. Por esta misma época formó parte de la Sociedad de Amistad España-URSS, organización subvencionada por el Gobierno soviético.

Fue presidente de la plataforma cívica que propugnaba el «no» al ingreso de España en la OTAN, cuyo referéndum de adhesión se celebró en marzo de 1986.

En 2007 se hizo pública su participación en negocios inmobiliarios que, según algunas organizaciones como Ecologistas en Acción, podrían resultar especialmente dañinos para el medio ambiente, en las localidades de Loja y Alhaurín el Grande. Es su socio en estos negocios el millonario Teodulfo Lagunero, que también colabora con Gala en la gestión de su fundación.

El 5 de julio de 2011 el escritor hace público en su columna en el diario "El Mundo", 'La tronera', que padece "un cáncer de difícil extirpación"

Premios y galardones

Accésit del Premio Adonáis de poesía por Enemigo íntimo (1959).
Premio Las Albinas, por su relato Solsticio de verano (1963).
Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca por la comedia Los verdes campos del edén (1963).
Premio Ciudad de Barcelona de teatro por Los verdes campos del edén (1965).
Premio Mayte de teatro por Los buenos días perdidos (1973).
Premio César González Ruano de periodismo por Los ojos de Troylo (1975).
Medalla de Castilla-La Mancha.
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Córdoba (1982).
Libro de Oro de los Libreros Españoles (1984).
Hijo Predilecto de Andalucía en 1985.
Premio Andalucía de las Letras (1989).
Premio León Felipe a los valores cívicos (1989).
Premio Planeta de novela por El manuscrito carmesí en 1990.
Premio 2005 de la Fundación Ibn al-Jatib de Estudios y Cooperación Cultural (dependiente del Ayuntamiento de Loja, Granada).
Nota: la atribución que de él se hace en algunas páginas web como poseedor del Premio Nacional de Teatro por Los buenos días perdidos es errónea.

Obra

Teatro

Los verdes campos del Edén, 1963
El caracol en el espejo, 1964
El sol en el hormiguero, 1966
Noviembre y un poco de hierba, 1967
Spain's strip-tease, 1970
Los buenos días perdidos, 1972
¡Suerte, campeón!, 1973
Anillos para una dama, 1973
Las cítaras colgadas de los árboles, 1974
¿Por qué corres, Ulises?, 1975
Petra regalada, 1980
La vieja señorita del paraíso, 1980
El cementerio de los pájaros, 1982
Trilogía de la libertad, 1983
Samarkanda, 1985
El hotelito, 1985
Séneca o el beneficio de la duda, 1987
Carmen, Carmen, 1988
Libreto de la ópera Cristóbal Colón, estrenada en 1989
La truhana, 1992
Los bellos durmientes, 1994
Café cantante, 1997
Las manzanas del viernes, 1999
Inés desabrochada, 2003

Lírica

Enemigo íntimo, 1959
11 sonetos de La Zubia, 1981
27 sonetos de La Zubia, 1987
Poemas cordobeses, 1994
Testamento andaluz, 1994
Poemas de amor, 1997
El poema de Tobías desangelado,2005

Artículos

Charlas con Troylo, 1981
En propia mano, 1985
Cuadernos de la Dama de Otoño, 1985
Dedicado a Tobías, 1988
La soledad sonora, 1989
Proas y troneras, 1993
A quien conmigo va, 1994
Carta a los herederos, 1995
Troneras, 1996
La casa sosegada, 1998

Narrativa

El manuscrito carmesí (1990), novela
La pasión turca (1993), novela
Siete cuentos (1993), relatos
Más allá del jardín (1995), novela
La regla de tres (1996), novela
Las afueras de Dios (1999), novela
El imposible olvido (2001), novela
Los invitados al jardín (2002), relatos
El dueño de la herida (2003), relatos
El pedestal de las estatuas (2007), novela
Los papeles de agua (2008), novela


Otros libros

El águila bicéfala, 1993
El imposible olvido,1993
Córdoba de Gala, 1993
Granada de los nazaríes, 1994
Andaluz, 1994
El corazón tardío, 1998
Trece noches, 1999 (junto a Jesús Quintero)
Ahora hablaré de mí, 2000 (autobiografía)

domingo, 3 de julio de 2011

Pitu Caleya



Manjar de corral

Su carne oscura y prieta, plato de domingo hasta hace 30 años, vuelve a las mesas. La alta cocina ha devuelto el prestigio al pitu caleya, que ya vuelve a criarse por miles


No se parece en nada al pollo de granja. Su carne es más oscura y más dura y su sabor inigualable, superior incluso, en opinión de sus fervientes defensores, a la de la carne de cerdo, vaca e incluso del lechazo. Es el pitu caleya, el pollo de corral, criado en libertad, que se alimenta de cereales y de lo que pica en el suelo. Es tan diferente a esas aves blanquecinas que compramos en carnicerías y supermercados, que muchas personas cuando la comen por primera vez dudan de que sea pollo y otras confiesen preferir el sabor del producido en las granjas.

«A mis hijos les gustan más esos pollos criados vete a saber cómo», se lamenta Ana Álvarez Riesgo, que en su casa de San Juan de Villapañada, en Grado, observa a diario las correrías de los pitos de caleya, que cría, cuida y sacrifica para el consumo familiar, de amigos y de quienes quieran disfrutar de una carne que, dice, «no tiene comparanza con ninguna otra, porque es lo más rico que hay».

Ana Álvarez es de las pocas personas que en Asturias siguen criando auténtico pitu caleya. Vivió su infancia viendo crecer pollos en el corral de casa y ella continúa la tradición materna. No tiene muchos –ahora mismo una decena– porque la demanda ha bajado, presa de los nuevos hábitos alimenticios y porque con la llegada del ave de granja, al alcance de todos los bolsillos, el consumo de pollo se democratizó. «Antes se vendía mucho más, por San José, para las cenas navideñas, pero ahora hay otras modas y a mucha gente les parece caro pagar 30 euros por un pitu caleya, que es lo que yo pido», explica esta mujer que vende verduras y huevos de sus gallinas en el mercado dominical de Grado. «Si alguien me pide pitu, se lo bajo otro día o sube conmigo a casa y sacrifico uno», añade Ana Álvarez, quien reconoce que no es plato de gusto acabar con la vida del pollo.

Sus pitos son nacidos en casa, de huevos empollados por las quicas, esas eficaces gallinas pequeñas que reúnen trece huevos y se quedan cluecas. Ana los cambia por huevos de otras gallinas para garantizar el nacimiento de los pollos. Recién nacidos, los alimenta de pan amasado que ella misma prepara y después comen cereales: trigo, cebada y, sobre todo, maíz, procedente de la huerta familiar. «Y, por supuesto, las verduras que les echamos y lo que comen de la tierra, caracoles, lombrices, pero nada de pienso», explica la propietaria.

A los cuatro o cinco meses, los pitos corren libres ya por su cuenta, abandonados por sus madres, que empiezan de nuevo a poner huevos. Cuando la luz del día decae, se retiran solos al gallinero. Así viven hasta que cumplen al menos un año. «Para entonces –explica Álvarez– pesan ya unos tres kilos y medio y tienen la carne en su punto, porque han andado y corrido mucho por la finca».

Bravos y con salud

También Amador García Fernández se dedica al pitu caleya en una finca familiar de Morcín. Jubilado de la mina, confiesa que para él es un capricho y un ‘hobby’ criar pollos de corral para su consumo y el de sus hermanos y cuñados. «Tengo amigos que me los piden y también algunos bares y restaurantes que me conocen y, aunque me pagan a siete euros el kilo y no saco ni para los cereales que comen, me gusta tenerlos», explica. Prefiere que sean bravos, alegres, de plumaje rojo brillante y con cresta también roja y, a poder ser, importante. Si son, como él dice, «ruines», no duda en sacrificarlos antes y en dárselos de alimeno a sus perros porque, defiende, «un buen pitu debe reflejar salud».

Amador compra los polluelos en el mercado de Mieres y, alguna vez, si tercia, los trae de León. Los dos primeros meses les da un poco de pienso con 70% de maíz y trigo y soja, para «un poco de engorde». Después, va reduciendo esa alimentación a favor del trigo y maíz triturado, que pronto será ya lo único que coman, junto a la hierba y todo lo demás que piquen en el suelo. El ex-minero sacrifica a los pitos con unos siete u ocho meses de edad, cuando pesan de media unos cuatro kilos. Si no son para congelar, los deja un par de días colgados al sereno, en un sitio fresco, o en la nevera antes de cocinarlos.

Ana y Amador crían pitu caleya por afición. Para otros, como Industrias Gastronómicas Cascajares, ubicada en el municipio palentino de Villamuriel de Cerrato, forma parte de su actividad. Cada año, saca al mercado diez mil gallos de corral, procedentes de una docena de criaderos repartidos por Segovia, Zamora, Ávila, Valladolid y Palencia. «Nuestros pitos crecen libres en terrenos muy amplios y su alimentación es natural, ya que en su dieta hay un 40% de maíz, otro 20% de trigo, un 10% de centeno, otro tanto de soja y el resto, es lo que pican», afirma José Ignacio Gento, director comercial de la empresa, de la que salieron los capones servidos en el banquete nupcial de los Príncipes de Asturias.

Esos gallos de corral son sacrificados cuando tienen seis o siete meses y pesan unos tres kilos antes de limpiarlos. Cascajares los comercializa despiezados, por alas, pechugas y contramuslos. «La demanda está aumentando de la mano de la hostelería, ya que cada día son más los restaurantes que lo ofrecen por su exquisitez», señala Gento.

Yvonne Corral, del restaurante Casa Telva, en Valdesoto, confirma que cada día más clientes piden pitu caleya. Y no le extraña porque, además de su sabor exquisito, tiene otras cualidades. «Antes se les daba a los enfermos para que se curaran porque su carne es muy digestiva. Y no tiene grasa si le quitamos la piel al pitu después de freírlo y antes de guisarlo», afirma Corral, que firma la receta que acompaña esta página. Durante muchos años, Casa Telva ofrecía el día de San José un menú a base de menestra y pitu. El año pasado, todos los restaurantes de Valdesoto decidieron dedicar una jornada al glorioso pollo de corral, y fue todo un éxito. Este año, lo repetirán el segundo fin de semana de marzo con un menú compuesto por callos, pitu de caleya y picatostes.