lunes, 25 de abril de 2011

El juego de la taba




El juego de las tabas fue uno de los más populares y tradicionales entretenimiento de las niñas.

Las tabas se sacaban del hueso del juego de la rodilla de las patas traseras de los corderos.

A demás de las tabas este juego requería el empleo de una pita. La pita era una bola de cristal a veces irisada como las canicas, aunque no todas las niñas disponían de este tipo de pitas. Por lo general se utilizaban las bolas de cristal que cerraban las botellas de gaseosa. Y aún había otras pitas cuya fabricación resultaba más económica, pues consistía en una bolita de barro bien alisada y secada al sol.

Ni que decir tiene que estas últimas pitas se agrietaban y rompían con frecuencia cuando se golpeaban, claro que el material estaba al alcance de la mano. El hueso denominado taba se había de limpiar bien y a veces se pintaban de diferentes colores. Para este menester se elaboraba una tinta casera a base de unas pastillas coloreantes que se compraban en la tienda. Estas pastillas se disolvían en agua dentro de los frascos de inyecciones gastados y así se hacía la tinta de varios colores que tanto se utilizaba en los deberes escolares como para pintar mencionadas tabas, siendo lo más frecuente el aprovechar la ocasión cuando la madre teñía alguna prenda de vestir con una papeleta de tinte en polvo "Iberia" disuelta en un caldero de agua y puesta a hervir.

Cada niña guardaba sus tabas y sus pitas en una bolsita.

A las tabas jugaban las niñas en la calle cuando hacía buen tiempo. Nunca fue un juego masculino y se llevaba a efecto sentadas en el suelo y con las piernas encogidas hacia el vientre para dejar espacio y permitir la movilidad que requiere el juego.

Es un juego de destreza. Se jugaba con siete tabas y una pita. Cada uno de los lados de la taba recibía un nombre diferente: güito, correa, culo y chicha.

El juego consistía en lanzar al mismo tiempo la pita a lo alto y dejar caer las tabas, recogiendo la pita al vuelo antes de que cayese al suelo.


El paso siguiente era lanzar de nuevo la pita al tiempo que se intentaba mover las tabas (que debían ser siete) de forma que quedara visible el lado (güito, correa, culo o chicha) que se pretende, con rapidez suficiente para poder recoger la pita antes de que caiga a tierra. En una segunda tirada se recogían -de una en una o varias a la vez- las tabas que estaban de lado correspondiente, intentando alargar los dedos y volver aquellas tabas que no mostraban el lado correcto. Esta operación se repetía por cada uno de los cuatro mencionados lados de la taba. Si al efectuar cualquiera de los movimientos descritos, la pita cae al suelo se pierde la jugada y comenzaba a jugar otra niña.

El juego acaba cuando una de las niñas a conseguido realizar la primera todos los pasos del juego iniciados. Este entretenimiento requiere entrenamiento y destreza.


En Ávila

 

Juego de las tabas: una taba tiene cuatro lados, cada uno de los cuales tiene un nombre, a saber: hoyos, tripas, carneros y lisos. El juego consiste en tirar las tabas al suelo, cada una de las cuales habrá caído con una cara a la vista. Tirando una bola al aire se irán recogiendo, aquellas que han caído por ejemplo con la cara hoyos a la vista, y colocando el resto en hoyos antes de recogerlas. El juego continuará con las siguientes posiciones: tripas, lisos y carneros. Para este juego se utilizan tabas de ganado ovino.

En Segovia

 

Se juega entre muchachos y en él las posiciones de la taba por orden de dificultad creciente se denominan: inocente, culpable, verdugo y rey. Se lanza la taba a modo de dado por turnos, sin que pase nada hasta que alguien consiga los cargos de rey y verdugo. A partir de entonces a todo el que le aparezca la posición culpable se le castigará con una serie de golpes de cinturón, siendo el rey quien decidirá su número, lugar del cuerpo, intensidad y forma de golpeo; siendo ejecutados por el verdugo. Si al jugador le sale inocente pasa el turno al siguiente jugador y si toca la posición rey o verdugo adquiere dicho cargo. El rey y el verdugo dejan de lanzar la taba hasta que alguno de los demás les quiten el puesto volviendo entonces al corro de jugadores.

En Colmenar Viejo (Madrid)

 

Desde hace muchos años los días 30 de noviembre (San Andrés) y 13 de diciembre (Santa Lucía) se juega en los bares de Colmenar Viejo a la taba.


Tradicionalmente los ganaderos se reunían estos dos días para jugar en una ermita consagrada a estos dos santos que no existe actualmente.

El jugador que va a lanzar la taba comienza entregando al crupier (generalmente uno de los camareros o el dueño del bar) una cantidad de dinero (entre 20 y 300 euros, más o menos, dependiendo de la "categoría" del bar donde se juegue y de la hora de la noche) que servirá para cubrir las apuestas del resto de jugadores. A continuación elige una taba del montón disponible. Este montón de tabas de cordero está previamente seleccionado por el dueño del bar, ver más abajo.

Una vez cubiertas todas las apuestas (o agotado el dinero que pone el jugador) se procede a lanzar la taba. De las 4 posiciones probables en las que puede caer la taba sólo 2 deciden la apuesta: "Carne" (el lado más cóncavo,que suele estar marcado con un punto rojo, para facilitar su reconocimiento) y "culo" (el lado más liso de la taba, opuesto a la carne). Mientras no salga una de estas dos posibilidades el jugador sigue lanzando la taba. Si finalmente sale "culo", cada apostante recoge su dinero junto al que puso el crupier encima de él (es decir, dobla su apuesta) y el que lanza la taba se retira dejando el puesto a un nuevo lanzador. Si sale "carne", el crupier recoge todo el dinero y se vuelven a cubrir apuestas, comenzando una nueva ronda con el mismo lanzador. Tradicionalmente, nadie puede tocar la mesa hasta que el crupier pronuncia la frase "eso es culo". Si dice "eso es carne", tampoco pueden tocar la mesa los apostantes, ya que han perdido su dinero.

Este proceso se repite hasta que sale "culo" o hasta que nadie está dispuesto a apostar contra el lanzador (suele ocurrir cuando alguien saca muchas carnes consecutivas, 10 ó más, a esto se le llama "reventar la taba"). Generalmente, a partir de la cuarta "carne", no se cubren ya todas las apuestas y el lanzador comienza a ganar mucho dinero. El lanzador tiene la posibilidad de retirar algo de dinero aunque aún haya gente dispuesta a apostar más, pero esto no está demasiado bien visto.

Existe la posibilidad de que la taba caiga "de canto", es decir en uno de los dos lados más estrechos y curvos. Esto es francamente difícil y se dice que en este caso la apuesta se la lleva el crupier, aunque en los últimos años no se ha dado el caso en ninguna de las tabas.

Aunque parece un juego de "cara o cruz" las posibilidades de "carne" y "culo" no son del 50%. Cada bar elige las tabas para que sean más o menos proporcionadas, para que las posibilidades de carne o de culo no sean excesivas y el juego se mantenga emocionante para todos. Generalmente suele ser más probable carne que culo en una proporción de 60% contra 40% aproximadamente, aunque esto depende grandemente de la taba elegida y de la habilidad del lanzador.
Muchos apostantes usan la técnica de doblar su apuesta anterior pensando que en algún momento el lanzador fallará y recuperarán todo su dinero. Si tienen dinero para responder puede funcionar, aunque a la larga siempre alguien saca suficientes carnes como para que el apostante doblador pierda todo su dinero.
Cuanta la leyenda que la gente ha llegado a perder casas y negocios en estos dos únicos días de juego anuales. No es fácil saber si esto es cierto o no, aunque si es fácil ver en las "tabas buenas" más de 6000 euros sobre el tapete en cuanto alguien saca unas pocas "carnes".

Entre el vocabulario tabero se deben destacar las siguientes frases típicas, que suele decir el público asistente:

-"Eso es carne" o "eso es culo": Aunque sólo tiene valor cuando lo dice el crupier, la gente lo grita constantemente para animar la opción deseada.
-"Eso es miedo": Típica cuando está a punto de salir carne (o culo) y se cae en el último momento.
-"Estamos jugando gratis": Muy típica cuando tras varios lanzamientos, el lanzador no ha conseguido ni carne ni culo.
-"La taba está culera" o "está carnera": Si en ese bar están saliendo muchos "culos" o muchas "carnes".
-"No apuestes contra la familia o los colegas". Colmenar es un pueblo, y "todos nos conocemos", aunque haya aumentado de tamaño últimamente, así que hay que tener cuidado para no apostar contra un conocido o un familiar, lo que podría gafar el resto de la noche a ambos.
-"10 euritos a carne": Cuando el lanzador no cubre todas las apuestas, es lícito apostar a carne fuera de la mesa con algún jugador que no haya podido cubrir su apuesta.


En Teruel

Se jugaba con unos huesecillos que tienen una forma muy especial, sacados de la rodilla de la pierna de los corderos, sus cuatro partes diferentes son : Hoyos, Carneros, Tripas, Lisas . Podemos decir que fue el juego de moda durante muchos años. Todos los niños tenían su colección de tabas y siempre estaban dispuestos a jugar para ganar alguna más, si había apuestas. Cada cual tenía la forma de distinguir sus tabas, una manera era pintarlas, otra envolverlas en papel de seda de colores y mojarlo para que cuando se secara se quedara adherido a la taba y esta se tintara del color del papel, otra hacerles una muesca... etc...



Las tabas tienen sus "caras" como los dados; el problema es que en cada lugar pueden recibir nombres distintos. Por ejemplo, otras posiciones típicas de tabas podrían ser las que describen los nombres: "huito", "culito", "correa" y "chicha".

El desarrollo del juego es como sigue. Se comienza cogiendo las doce tabas entre ambas manos y se lanzan. Al caer al suelo lo harán cada una de un lado y comienza el juego. Se tira la pita (pitón o pitona, piedra de pequeño tamaño) al aire y antes de recogerla, sin dejar que cayera al suelo, se cogía una taba del suelo y también la pita. Como eran 12 tabas, había que tomar 3 en cada una de las posiciones señaladas (3 en "hoyos", 3 en "lisas", 3 en "tripas" y 3 en "carneros") y por dicho orden; en caso de que no hubiera tres en una determinada postura, se realizaba un lanzamiento para darle la vuelta, cogiéndola en el siguiente.

Si la pita caía al suelo se perdía el turno y le tocaba jugar a la siguiente persona. También se perdía el turno cuando no se recogía ninguna taba o la que se cogía no era de la posición correspondiente.


Ganaba aquel participante que lograba recoger las 12 tabas, lo cual no era nada fácil, pero si muy divertido.


En la actualidad es un juego prácticamente desaparecido que no se practica nada más que en algunos pueblos y de forma esporádica.

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